martes, 2 de octubre de 2007

El soberano y su reino

Francisco Xavier Guerra
Planteamiento del problema.

El autor conoce y distingue entre los conceptos de ciudadano y nación como una “soberanía colectiva que reemplaza al rey; el ciudadano, como componente elemental de este nuevo soberano”. La pregunta que se plantea es: ¿Cómo surgió el ciudadano en América Latina?
Asimismo, se plantea la necesidad de conocer el proceso para definir al ciudadano con claridad cuando la nación soberna es incierta y problemática.

Hipótesis

El concepto de ciudadano es una invención social, la cual permanece distinta de una época a otra; para llegar a este término las sociedades latinas llevaron un proceso en el cual primero tuvieron que definirse como naciones para que de ahí surgiera el ciudadano, siendo esta la hipótesis.
¿Para qué estudiar el concepto de ciudadano en América Latina?
Para argumentar como éste es resultado de los procesos culturales y por lo tanto es una invención de la sociedad moderna, según el autor.

Marco teórico

Análisis histórico político y cultural de América Latina

Desarrollo

El autor se encarga de dar respuesta a las cuestiones que involucran en primera instancia, concretar el concepto de nación para, una vez definido, iniciar un lento y dificultoso avance hacia la definición de ciudadano.
Se refiere a la independencia como un parte aguas en la construcción de los conceptos. Para él, las revoluciones hispánicas, en sus primeras fases, darán prioridad a los problemas de soberanía, representación y nación, es decir, temas concernientes a la colectividad mas que al individuo.
El primer paso del mundo hispánico es afirmar su soberanía contra el adversario exterior. Entre los problemas que surgieron de esta transformación, el autor distingue a la monarquía hispánica.
Definir ciudadanía es explicar quién es o no ciudadano y por qué. En el momento en el cual la Corte de Cárdiz trata la figura del ciudadano, se ejerce una ruptura entre la antigua concepción y la nueva forma de concebir al ciudadano moderno, caracterizado por los atributos de universalidad, igualdad e individualidad.
El autor menciona las referencias que se hacen al ciudadano (vecino) de la antigüedad, como punto de partida, para distinguir las diferencias y similitudes entre éste y la definición de ciudadano moderno.
Al adoptarse el imaginario moderno de la nación compuesta por individuos, asumir la condición de ciudadano implica ser sujeto de derechos civiles y derechos políticos; asimismo, se establece quienes adquieren esta condición y quienes son excluidos de los estatutos (ej. Castas, sirvientes, extranjeros).
En la nación moderna la figura de ciudadano había sido elaborada partir de la idea de ciudad, lugar que da pie a la libertad, la política y la civilización. Pensar en ciudadano es asumir los derechos y deberes colectivos de la comunidad, instalada al interior del orbe. Pensar la ciudadanía moderna es considerarse como un estatuto privilegiado, aunque, según el autor ahora se extiende a mayor parte de la población.
En el último capitulo, se aborda la problemática entre las prácticas (el sistema electoral, el voto) que favorecen la noción de individuo y otras que refuerzan los comportamientos comunitarios.
Aunque el voto sea individual, los comicios son un acto colectivo y una ceremonia que materializa simbólicamente la reunión de la nación (pág. 51). Es decir ahora el individuo como ciudadano se ve inmerso en una red de vínculos sociales, pues es ante todo pieza de un grupo, que elige con libertad a sus representantes. Y a su vez la representación no es algo que se pide, sino un servicio a la comunidad a la que se pertenece (pág.55).
La resolución del problema aún no estaba dada, pues: quedaba, mucho para llegar a la individualización, el atributo más importante y el más difícil de obtener de la ciudadanía moderna. Para tal fin era necesario fracturar la importancia de la colectividad ante la individualidad, dar voz a la voluntad autónoma; dejar a un lado el concepto ideal del hombre, individuo y ciudadano, pues es esa la razón de que en la práctica no se realicen en su plenitud.
Con lo anterior el investigador nos ofrece una solución al problema pero al desarrollarlo menciona los conceptos y las situaciones que implica dar razón a la problemática.





Bibliografía

Francisco Xavier Guerra, “El soberano y su reino” en Hilda Sabato (coord.) Ciudadanía política y formación de las naciones. Perspectivas históricas de América Latina, México FCE-COLMEX

1 comentario:

495-85 dijo...

Muchisimas pero muchiisimas gracias,era justo lo que buscaba!!

^.^