miércoles, 3 de octubre de 2007

Tres teorias del hombre y de la sociedad. Marx, Durkheim y Weber

Tres de las Siete teorías de la sociedad de Tom Campbell. Marx, Durkheim y Weber

Marx: una teoría del conflicto
Para Marx la sociedad humana es un proceso que se mueve conflicto tras conflicto. Aquello que hace que se mueva la sociedad y cree conflicto son las relaciones sociales, que están basadas en las relaciones de producción. “La producción de los medios para mantener la vida es la base de toda la estructura social, y por tanto del cambio” (Campbell, 2002: 144) La historia humana ha estado soslayada por el conflicto de la lucha de clases y se llegará a un punto en el que sea una sociedad pacifica y sin clases. Una visión dialéctica positiva de la historia. Sin embargo, al contrario que Hegel, las ideas son efecto de los acontecimientos históricos no la causa.
A pesar de que la obra de Marx es un análisis social, está imbricada con un objetivo humanista: gracias al progreso histórico, el hombre podrá desarrollar sus capacidades creativas, es ahí cuando podrá afirmarse a sí mismo; mientras no desarrolle libremente estas capacidades, esto no será posible.
La producción es donde el hombre vierte todas sus cualidades humanas en la cosa material producida. Sin embargo, el hombre puede convertirse en esclavo de sus propios productos y, por lo tanto, volverse ajeno a ellos, esta es la condición alienada del hombre que plantea Marx. Así pues mientras haya tensiones de clases no será posible alcanzar la afirmación humana en el trabajo, ya que si el modo de producción es obligatorio y no voluntario, el hombre se siente ajeno a aquello que está produciendo. Es un ser alienado. Así, para Marx, la verdadera existencia humana residirá en que las capacidades productivas del hombre se desarrollen de manera equilibrada y satisfactoria. Si el trabajo es obligatorio y sin sentido, el hombre se encuentra en una condición de alineación. Si el trabajo es libre, satisfactorio y creativo: el hombre se encuentra desalienado, como se pretende suceda en la sociedad comunista.
Cuando los hombres no son ajenos ya a su creación, dejan de ser ajenos entre sí. El capitalismo, o las tensiones de clase, suprimen el potencial creativo, alienan al hombre de su hacer. Si se libera del control de las fuerzas económicas (propiedad privada) a la producción humana, se acabará el conflicto de clases pues los intereses serán comunes (no existirá la propiedad privada), y así la cooperación y solidaridad de los hombres acabará con la alienación y el egoísmo humano. El hombre se volverá así un ser social, por y para el hombre. Lo que según es para Marx lo realmente humano.
Lo que hace mover a las sociedades causalmente son las fuerzas de producción o sea, lo que se produce y como se produce, el resultado de ello son las relaciones de producción. A causa de la diferencia de relación con los medios de producción los intereses económicos se vuelven conflictivos.
La superestructura son las instituciones causadas por la base económica y determinada por la lucha de clases. La falsa conciencia es la ideología que implanta la clase dominante y que pretende representar a toda la sociedad, así que la ideología responde a intereses de clase. Marx desarrolla en su análisis social los tipos de sociedad según sus modos de producción. De la sociedad tribal a la esclavista, y a la feudal y a la capitalista hasta llegar al comunismo.
La plusvalía es la diferencia que hay entre el valor total producido y lo que se gasta en salarios. Esto llevo a la acumulación del capital de los dueños de los medios de producción. Pero el capital es un producto social, por lo tanto, hay una explotación del trabajador. El resultado de este sistema es la polarización de clases, una rica y otra pobre. Así cuando el proletariado se de cuenta de la falsa conciencia creada por el burgués, estallará la revolución proletaria. Y cuando sea abolida la propiedad privada de los medios de producción se acabarán las clases ya que todos serán propietarios.
Algo que puede reprochársele a la teoría de Marx es su despreocupación por entender la última etapa (como buen positivista) como la más deseable. La falsa conciencia puede ser criticada utilizando los mismos argumentos que Marx plantea criticando una falsa conciencia.

Emile Durkheim: una teoría del consenso
Es gracias a Emile Durkheim que la sociología es aceptada como una ciencia autónoma en el ámbito académico. Durkheim es discípulo y heredero del positivismo de Comte, quien acuñó la palabra sociología. El pensamiento de Comte se origina en una efervescencia por la ciencia, es decir, por fin ha sido la ciencia (algo desligado del poder divino) la que ha podido dotar de una certeza absoluta al mundo. Comte en su filosofía positiva pretende aplicar los métodos de las ciencias naturales a la sociedad. Quiere explicar las cosas por medio de los fenómenos (ya no conceptos metafísicos) y establecer leyes causales.
Durkheim retoma de Comte la demostración causal de la sociedad y la mezcla de ciencia y reforma social. Para él, el científico social debe incidir en los cambios sociales, reestableciendo el orden social y moral, mediante un nuevo consenso social. Sin embargo su preocupación, más que situar en el trono de las ciencias sociales a la sociología como Comte, se aboca a situar los ‘hechos sociales’ como el tema de la sociología, pues piensa que la realidad social se descubre en los ‘hechos sociales’. Estos son las “formas de actuar, pensar y sentir, externas al individuo y dotadas de un poder de coacción, siendo ésta la causa de que le controlen” (Durkheim en Campbell, 2002:169). Como los hechos sociales son externos al individuo y lo controlan, el investigador social debe tratarlos como cosas (al igual que las ciencias naturales tratan a los objetos físicos) cuya realidad debe ser aceptada y explicada. Así, para Durkheim, la sociedad reglamenta la conducta individual imponiéndole valores.
El científico social, debe estudiar primero los fenómenos sociales aprisionándolos y estableciendo regularidades con material estadístico. Debe buscar pues la causa de dichos fenómenos en otros fenómenos sociales. Es así como debe planear los patrones de conducta e incidir en el sistema social.
El funcionalismo de Durkheim en la explicación sociológica, se concentra en las necesidades que entiendan al organismo social como un todo. Así pues el positivismo Durkheimiano enfoca la sociedad como una realidad orgánica independiente y autónoma.
Para Durkheim lo humano depende de la sociedad. Enfatiza lo social como lo que es distinto de los factores individuales en la explicación de la conducta humana. El hombre para Durkheim es una sustancia indeterminada y maleable determinada y transformada por las fuerzas sociales. Así el individuo, es solo una ‘categoría’ que el grupo controla y moldea según las características del mismo grupo. La naturaleza humana no es más que una abstracción de la totalidad de la gente concreta en una situación real. Esta naturaleza es un producto de la situación contextual de vivir en comunidad. Por lo tanto, la idea del mundo nos viene dado por la situación social del individuo, no viceversa.
Para Durkheim las sociedades modernas reflejan una condición de anomia, esto es, la condición humana marcada por la ausencia de reglamentación social. Cuando la reglamentación social (religión, moralidad, gobierno) pierden su efectividad, la gente pierde su identidad, no tienen un sentido de pertenencia a un grupo, pierden el compromiso con la existencia. “Durkheim quiere reconstruir la sociedad y reconstruir así al individuo humano resolviendo el problema de la anomia” (Campbell, 2002: 178).
Para Durkheim la sociedad parece ser un concepto bastante nebuloso, es un conjunto normativo presente en la conciencia individual pero externo a ella. Es como ese ente que regula, ante la imposibilidad individual y la ausencia de Dios, la moralidad. Para explicar la realidad social, la conciencia colectiva es un consenso normativo que reglamenta la vida en sociedad y constituye su unidad.
La tesis más famosa de Durkheim es la distinción de los dos tipos de sociedad (la simple y la compleja) y las dos formas asociadas de solidaridad social (la mecánica y la orgánica). Las sociedades simples están fuertemente cohesionadas y están estrechamente controladas, es un “sistema de segmentos homogéneos entre si” (Durkheim en Campbell, 2002:182), su población y territorio es pequeño. Su cohesión se basa en la solidaridad mecánica (similitud e intercambio de sus partes). Al contrario, las sociedades complejas se desarrollan en un extenso territorio densamente poblado. Su multiplicidad de grupos, en vez de segmentar la sociedad la integran pues sus partes dependen entre sí de apoyo mutuo, así son sociedades orgánicas más que mecánicas. La solidaridad orgánica consiste en la unificación “en un todo cuyas partes son diferentes, pero se relacionan de tal modo que cada una colabora para lograr los fines del todo” (Campbell, 2002: 185). Es por ello que la división y especialización del trabajo posibilita una existencia social integrada.
Durkheim al final, para contrarrestar la anomia propone el desarrollo de asociaciones industriales de las que evolucionarían normas “que se impondrían de forma efectiva y que cumplirían las nuevas formas de vida social” (Campbell, 2002: 188). Cuando la gente viva dentro de este ámbito de grupos profesionales, solo entonces podrá emanciparse como individuo de una sociedad moderna.
A partir de su empirismo surge una gran inconsistencia de Durkheim: puede caer en generalización a partir de los datos limitados que posee. De igual manera puede rebatírsele que sus conceptos de naturaleza humana y sociedad son altamente teóricos sin pugna fundamentacion empírica. Tampoco logra aclarar del todo cómo la sociedad es externa al individuo, si sus normas se interiorizan en él. Su método explicativo tampoco es tan efectivo en tanto solo prevé una opción que puede refutar la tesis. De la misma manera Durkheim no prevé las posibilidades de producir un consenso sin coacción. El determinismo social de Durkheim también puede ser criticado, nunca ve la posibilidad de que haya valores indeterminados por otra sociedad, no la que se vive.

Max Weber: una teoría de la acción
La acción individual está en el centro de la teoría social de Weber. La comprensión de la variedad de sociedades humanas se dará a través del análisis de los diferentes tipos de acción humana. O sea, la sociedad debe interpretarse en términos de los variados tipos de significado de la acción de sus miembros.
Weber define a la sociología “como una ciencia que aspira a la comprensión interpretativa de la acción social para obtener la explicación causal de su curso y efectos” (Weber en Campbell, 2002:200). Y como ciencia la sociología debe estar libre de cualquier tipo de valor. Las valoraciones personales deben estar separadas de las declaraciones científicas, pues aquellas no se deducen de lo empíricamente observable. Así que el científico social debe aspirar a una neutralidad valorativa, sin embargo se encuentra con dificultades como el hecho de que los valores se encuentren entre los objetos de estudio, o que la elección de los hechos a estudiar se haga por medio de un juicio de valor, o la mas complicada, que la explicación de la conducta implica una comprensión que requiere empata con el otro; el peligro reside en compartir durante la empatia los valores del objeto de estudio. Sin embargo son peligros que pueden ser superados si se es conciente de que están presentes.
Para Weber la acción es un movimiento que tenga un significado subjetivo para la persona implicada. La acción es social cuando el significado subjetivo adherido a la acción atañe la conducta de otros y orienta así su curso, o sea cuando los actos son dirigidos a personas. Para comprender una acción social, Weber plantea que, es necesario considerarla típica dentro de una sociedad. Los ‘tipos ideales’ de Weber son “modelos simplificados de actividades sociales que se utilizan para interpretar la conducta humana” (Campbell, 2002:204).
Weber caracteriza cuatro tipos de acción humana y será con esto con lo que el hombre da significado a sus acciones. La acción racional o el objetivo racional implica el calculo exacto y la “adopción de los medios mas efectivos para el fin, u objetivo, que se ha elegido” (Campbell, 2002:206). La conducta de valor racional busca medios que sean mas efectivos para logras los objetivos que se han valorado, “un objetivo moralmente bueno debe alcanzarse sólo a través de unos medios moralmente buenos” (Campbell, 2002:207). La acción emotiva es la conducta regida por los sentimientos, y la tradicionalista da cuenta de la conducta habitual que surge de las prácticas establecidas. El hombre debe, hasta cierto punto, elegir sus valores y decidir por sí mismo como van a ser sus acciones.
Weber piensa que la unidad irreducible de una significación social es la relación social, ésta denota “la conducta de una pluralidad de actores en tanto en cuanto, en su contenido significativo, la acción de cada uno tenga en cuenta la de otros y se oriente en estos términos” (Campbell, 2002:209). Las relaciones sociales se analizan de tres formas: el conflicto, comunidad y asociación. El conflicto es una forma de relación en la que la acción se orienta a llevar a cabo la propia voluntad en contra de la resistencia de la otra parte. La relación social comunal se basa en el sentimiento subjetivo que tienen las partes de pertenecerse. La relación social de asociación es cuando la acción social “descansa sobre un ajuste de intereses racionalmente motivados o sobre un acuerdo que esté motivado de forma similar” (Campbell, 2002:209). Así mismo Weber desarrolla tres tipos ideales de autoridad legítima: la tradicional, la carismática y la legal. La tradicional se acepta por la herencia y por que ha existido desde hace mucho tiempo. La carismática descansa en las cualidades personales y extraordinarias de algún individuo que dirige, y la legal descansa sobre ciertas reglas legales a través de un procedimiento aceptado. Es así que recurriendo a los tres tipos ideales de relación social y de autoridad legítima Weber desarrolla un campo de tipos ideales de agrupamientos sociales que utiliza para ejemplificar históricamente y analizar a las sociedades, según los criterios antes planteados.
A diferencia de Marx, Weber dice que los factores económicos no son siempre decisivos en la causalidad social. Por ejemplo, Weber cree que las ideas religiosas de las sectas puritanas ejercieron una influencia significativa en el desarrollo del capitalismo de pequeña familia en la Europa moderna.
Se le puede discutir a Weber que al enfatizar el rol de los valores altamente relativista del carisma de un líder, pueden llevar a desviaciones tales como el fascismo. La mayoría de las críticas que se le hacen a Weber es que sus tipos de ideales muchas veces no son representaciones completas de realidades históricas reales.

Bibliografia.
Campbell, Tom, Siete teorias de la sociedad, Catedra, Madrid, 2002, pp. 138-227

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